martes, 5 de abril de 2011

Conferencia con Félix García Moriyón

El pasado miércoles 30 de marzo realizamos en clase de filosofía una videoconferencia con Félix García Moriyón en la que tratamos el tema del Anarquismo y comentamos sus textos que anteriormente habíamos leído y analizados todos. A continuación os voy a transcribir el fragmento de mi intervención en esta videoconferencia, que comienza en el minuto 36 y finaliza en el minuto 40:50



Yo: Hola, mi nombre es Mamen y mi duda sobre el anarquismo es que si éste busca la libertad de todos, en la sociedad actual en la que sobre todo los jóvenes buscan eso, que nadie les controle ¿por qué no ha progresado el anarquismo de forma general?

Félix García Moriyón: Vamos a ver, el anarquismo dicho de otra manera es una filosofía política que se toma la democracia en serio y quiere que la democracia se practique, y en ese sentido se podría decir que algunos principios del anarquismo sí que están teniendo acepción, porque la gente cada vez quiere más vivir en sociedades democráticas, en sociedades en las que uno pueda libremente expresarse, libremente agruparse, libremente participar; eso es lo que van buscando todos. Lo que pasa es que hay que mejorar todavía muchísimo, pero sí que existen algunos grupos. Yo pertenezco a alguno de ellos.
Uno de los colectivos, y tú deberías sentirte agradecida y contenta por ello, que más ha conseguido en los últimos cien años en la línea de la igualdad, la libertad y la participación, han sido las mujeres. Todavía en 1931 en España, las mujeres no votaban y había gente que decía que no podía votar porque no tenían capacidad intelectual para votar.

Yo: Sí, pero puede haber una sociedad en la que haya igualdad entre hombres y mujeres; y además siga habían un poder. Yo defiendo que el poder lo tuviera el más capacitado, independientemente de si fuera hombre o mujer.

Félix García Moriyón: El anarquismo te diría que el mejor poder lo fragmentes, lo dividas y que la gente rote. Por ejemplo, te puse el caso de Gadafi anteriormente, cuarenta años en el poder. Los anarquistas en una democracia como la que tenemos en España lo que propondrían rápidamente es que un presidente del Gobierno no pudiera estar más de cuatro u ocho años, que el alcalde de tu ciudad no pudiera estar más de cuatro u ocho años, que rotaran constantemente y tuvieran un control real de lo que están haciendo. Yo no tengo ningún problema con que en algún momento determinado alguien ejerza las apoderaciones,  en el sindicato al que yo pertenezco se eligen cargos pero son rotativos, están controlados y se impide por todos los medios que se apropien del poder. No sé si con eso te aclaro algo, eso es lo importante.

Yo: De acuerdo, bueno y otra cuestión que yo le ponía en mi blog era que ante una catástrofe como la ocurrida hace poco en Japón ¿usted considera que una sociedad anarquista sería capaz de hacerle frente?

Félix García Moriyón: ¡Hombre fíjate! una cosa admirable en Japón es por ejemplo el sentido de colaboración y apoyo mutuo con el que han apoyado el problema los japoneses. Cuando yo tenía menos años que tú, en una ciudad de marruecos muy importante el ejército tuvo que aplicar drásticamente que a cualquiera que fuera robando en las tiendas lo ejecutaban allí mismo, porque la gente aprovechó el terremoto para robar en las tiendas. Pero en Japón eso no ha ocurrido, la gente no ha aprovechado la desgracia para apropiarse de bienes ajenos, en Japón más bien han intentado colaborar. Y eso es un principio muy similar al del anarquismo y ya creo que es una de las cosas que debemos aprender todos, que en Japón han sabido cooperar y que la mejor manera de afrontar una desgracia es ayudarse y no que el que más corra que se salve, sino salvarse todos.

Yo: Vale, gracias.


Con las respuestas del señor García Moriyón me quedé bastante satisfecha excepto con la última, en la que él relaciona la manera de actuar de los japoneses de alguna manera con el anarquismo. Pienso que es todo lo contrario, que ese sentido de la responsabilidad y de la cooperación lo han adquirido precisamente por ese poder que tienen y por la fuerza de las normas que les imponen a todos. Quizá en cualquier otro país en el que los ciudadanos no cumplieran las normas como lo hacen en Japón, las consecuencias habrían sido mucho peores. Por lo demás, la videoconferencia me pareció bastante interesante, entretenida y sobre todo aclaradora.